La ONG explica en una nota de prensa que el evidente rechazo social a los transgénicos le ha llevado a actualizar su guía roja y verde de alimentos transgénicos, disponible a través de su página web.

En ella figuran las políticas en materia de transgénicos de los principales productores alimentarios, los resultados de los análisis de laboratorio llevados a cabo por Greenpeace y el seguimiento fotográfico del etiquetado de los productos.

Según explica, un buen número de empresas que habían permanecido en la lista roja por no entregar a la organización la documentación necesaria para garantizar la no utilización de ingredientes transgénicos, han decidido variar su política y ofrecer la información solicitada.

Sin embargo, Greenpeace lamenta que hay importantes empresas que siguen sin querer dar esta información y prefieren negar a los consumidores el derecho a elegir su alimentación.

"Es vergonzoso que, a pesar del rechazo de los consumidores por los alimentos procedentes de cultivos que suponen un grave riesgo para el medio ambiente, la salud y la economía, algunas empresas sigan sin querer garantizar que no utilizan este tipo de ingredientes", afirma Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace.

Además, los ecologistas destacan que "algunas empresas actúan con absoluta ilegalidad al incluir transgénicos por encima de los niveles permitidos sin mencionarlo en el etiquetado".

Greenpeace concluye reiterando que existe un amplio consenso científico que demuestra la peligrosidad de los transgénicos.