GREENPEACE CONDENA LA "INMORALIDAD" DE NUEVA ZELANDA POR SU ACTITUD ANTE EL "CASO 'RAINBOW WARRIOR'"
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La organización internacional Greenpeace ha acusado al Gobierno de Nueva Zelanda de "sumarse al club de los países faltos de moral" por no pedir la extradición del agente francés Gerald Andries, supuestamente implicado en el hundimiento del barco "Rainbow Wrrior", lo que ha permitido su liberación.
Andries, que permanecía arrestado en Suiza desde el pasado 26 de noviembre, había sido acusado de asesinato, conspiración e incendio premeditado, ya que Greenpeace mantiene que fue uno de los cuatro miembros del yate "Ouvea" que en 1985 transportó a Nueva Zelanda los explosivos utilizados para hundir el buque conservacionista.
El atentado ocurrió el 10 de julio de 1985 en el puerto de Auckland, donde el "Rainbow Warrior" protestaba contra unas pruebas nuleares que Francia desarrollaba en Mururoa, un atolón del Pacífico.
Dos minas magnéticas colocadas por los servicios secretos galos causaron la destrucción del buque y la muerte del fotógrafo portugués Fernando Pereira.
El suceso tuvo una importante repercusión en la opinión pública francesa, provocó la dimisión del entonces ministro Charles Hernu y el relevo del jefe de los servicios de espionaje, el almirante Pierre Lacoste.
Seis años después la policía suiza detenía a Gerald Andries durane una inspección de rutina, tras comprobar que la Interpol mantenía sobre él una orden de busca y captura desde 1986.
CAMBIO DE ACTITUD
En un principio Nueva Zelanda solicitó la extradición del agente para que compareciera ante la justicia de ese país. Sin embargo, tres semanas después ha cambiado de opinión.
Greenpeace ya acusó a los gobiernos de Francia y Nueva Zelanda de llegar a un acuerdo para poner en libertad a otros dos implicados, los agentes Dominique Prieur y Alain Mafart, que fueroncondenados en 1985 por homicidio involuntario.
Ahora, la organización ecologista mantiene que el Gobierno suizo ya ha liberado a Andries, "que se dirige hacia su país de origen".
El director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Steve Sawyer, afirmó que "esta es la decisión más inconsciente tomada por un Gobierno en mucho tiempo. El Ejecutivo neozelandés se ha colocado a sí mismo por encima de la Justicia y con su decisión está diciendo al mundo que el asesinato es correcto si se trata de un terorista del Gobierno".
Sawyer explicó que el ministro de Justicia de Nueva Zelanda, Douglas Graham, justificó la decisión señalando que la extradición habría "manchado seriamente" la reputación de su país frente a otros estados y reseñando que las leyes internacionales deben ser respetadas.
"El señor Graham", agregó el dirigente conservacionista, "manifestó que Francia podría haber actuado con éxito contra Nueva Zelanda ante el Tribunal Internacional de Justicia, ya que los dos países habían llegao a un acuerdo a comienzos de este año para dar por cerrado el caso del 'Rainbow Warrior'".
Sin embargo, Steve Sawyer indicó que el hecho de que se mantengan las tres órdenes de arresto para los tripulantes del "Ouvea" demuestra que tal acuerdo nunca ha existido.
Asimismo, insistió en que la decisión de las autoridades neozelandesas demuestra que este país "no tiene mayor respeto por la ley que Francia".
Los abogados de Greenpeace están tratando de conseguir una declaración del Tribunal Suprmo de Nueva Zelanda "que muestre que el ministro de Justicia se ha equivocado al decidir no pedir la extradición".
(SERVIMEDIA)
18 Dic 1991
GJA