CUMBRE BALI

GREENPEACE Y CEAR PIDEN AL GOBIERNO QUE SE COMPROMETA CON LA LUCHA CONTRA LAS BOMBAS DE RACIMO

MADRID
SERVIMEDIA

El director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, y la secretaria general de Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Amaya Varcárcel, pidieron hoy al Gobierno español que respalde el Tratado Internacional de prohibición de las bombas de racimo en la próxima reunión para debatir el texto, que tendrá lugar en Viena entre el 5 y el 7 de diciembre.

Uralde realizó estas declaraciones durante una rueda de prensa en Madrid que contó con la presencia de cuatro niños camboyanos, afectados por la explosión de este tipo de armamento, y el jesuita español Kike Figaredo, que lleva más de veinte años trabajando sobre el terreno.

El director de Greenpeace aseguró que existen dos empresas españolas que "con seguridad" fabrican estos artefactos, bombas que contiene en su interior cientos de submuniciones que se dispersan por el territorio, y explicó que "sabemos que se producen aquí pero no dónde se venden".

En este sentido, según Uralde, existe una ley en el Senado "que impone la transparencia en el comercio de armas" y se mostró optimista ante la aprobación del texto antes de que finalice la legislatura.

Por su parte, Amaya Varcárcel explicó que "la existencia de estas bombas obstaculiza el regreso de los refugiados a sus países" y afirmó que el Gobierno "no puede escudarse en el argumento de la autodestrucción de este material porque hay muchas bombas que no se eliminan y siguen explotando". Además, Varcárcel señaló que "éste es más que un problema humanitario, es una cuestión política que necesita respuestas urgentes".

En esta línea, la secretaria general aseguró que en Camboya se producen entre dos y tres accidentes diarios con este armamento, cuyos restos llevan más de treinta años sobre el terreno, concretamente desde 1973 cuando EEUU utilizó estos artefactos para interrumpir los suministros hacia el Vietcong.

El jesuita Kike Figaredo expresó su gratitud hacia el gobierno de Noruega por liderar el proceso de Oslo para lograr un tratado que prohíba las bombas de racimo, "que dará lugar previsiblemente a un tratado en diciembre de 2008".

Figaredo también recriminó a España no tener una posición "pro-activa en la eliminación total de estos artefactos", aunque se mostró orgulloso de su papel en la elaboración del Tratado de Ottawa, que prohibió las minas antipersonales hace diez años.

Finalmente, uno de los niños camboyanos asistentes a la rueda de prensa, Mek Channeng, visiblemente emocionado, contó su historia, agradeció a Kike Figaredo su labor en el país y pidió al Gobierno español su compromiso con esta causa. Channeng perdió sus dos piernas y el brazo derecho al pisar uno de estos artefactos cuando iba a cortar leña a la montaña.

(SERVIMEDIA)
03 Dic 2007
F