GREENPEACE ASEGURA QUE CASI CADA AÑO SE PRODUCE UNA CATASTROFE ECOLOGICA A CAUSA DE ACCIDENTES EN LAS MINAS
- A lo ocurrido en Aznalcóllar se suma una larga lista de graves impactos por la rotura de balsas de decantación de explotaciones mineras
-En 1992, una balsa de decantación de una minade oro se rompió en Colorado (Estados Unidos), provocando la muerte de toda la vida acuática a lo largo de 16 millas del río.
-En 1993, los fangos y sedimentos de una mina de oro provocaron una grave catástrofe sanitaria en Ecuador, acabando con la vida de 24 personas.
-En 1994, dos millones y medio de toneladas de fangos de cianuro enterraron una villa minera en Sudáfrica, provocando 17 muertos y destruyendo 80 viviendas.
-En 1995, la mina de oro de Omai (Guayana) liberó dos millones y medi de litros de una solución de cianuro en un río, tras la rotura de una presa. La fauna y la flora acuáticas se vieron arrasadas en una amplia extensión y la zona fue declarada área de desastre nacional.
-En 1996, unas minas de cobre de Filipinas, tras la rotura de su balsa de contención, vertieron 3 millones de toneladas de fangos tóxicos. 20 localidades quedaron inundadas y 5 de ellas aisladas del resto del país.
-En 1998, la rotura de la balsa de decantación de la mina de zinc de Aznalcóllar prvocó el vertido al río Guadiamar y al entorno de Doñana de unos 5 millones de metros cúbicos de aguas ácidas y metales pesados, afectando a unas 4.500 hectáreas.
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La organizació ecologista Greenpeace afirmó hoy que prácticamente cada año se produce una catástrofe ecológica a causa de accidentes en las minas.
Al cumplirse un año de la rotura de la balsa de decantación de la mina de Aznalcóllar, que afectó al río Guadiamar y al entorno del Parque Nacional de Doñana, Greenpeace ha elaborado una lista de los accidentes mineros que en la última década han producido graves impactos medioambientales en diferentes partes del mundo:
-En 1992, una balsa de decantación de una minade oro se rompió en Colorado (Estados Unidos), provocando la muerte de toda la vida acuática a lo largo de 16 millas del río.
-En 1993, los fangos y sedimentos de una mina de oro provocaron una grave catástrofe sanitaria en Ecuador, acabando con la vida de 24 personas.
-En 1994, dos millones y medio de toneladas de fangos de cianuro enterraron una villa minera en Sudáfrica, provocando 17 muertos y destruyendo 80 viviendas.
-En 1995, la mina de oro de Omai (Guayana) liberó dos millones y medi de litros de una solución de cianuro en un río, tras la rotura de una presa. La fauna y la flora acuáticas se vieron arrasadas en una amplia extensión y la zona fue declarada área de desastre nacional.
-En 1996, unas minas de cobre de Filipinas, tras la rotura de su balsa de contención, vertieron 3 millones de toneladas de fangos tóxicos. 20 localidades quedaron inundadas y 5 de ellas aisladas del resto del país.
-En 1998, la rotura de la balsa de decantación de la mina de zinc de Aznalcóllar prvocó el vertido al río Guadiamar y al entorno de Doñana de unos 5 millones de metros cúbicos de aguas ácidas y metales pesados, afectando a unas 4.500 hectáreas.
A juicio de Greenpeace, la causa de todas estas tragedias ha sido la forma en que los residuos de las minas son almacenados en las balsas de decantación. Las regulaciones ambientales que tienen que cumplir las empresas mineras son mucho menos estrictas que las de otras muchas actividades industriales y en muchas ocasiones cuentan con el benepácito y complicidad de las autoridades, aseguran los ecologistas.
Según Xavier Pastor, director de Greenpeace, "de no establecerse normas que realmente protejan la salud, el medio ambiente y la economía de las zonas cercanas a las explotaciones mineras, accidentes como el de Doñana seguirán repitiéndose año tras año, amparados en la pasividad e incompetencia de las Administraciones Públicas".
(SERVIMEDIA)
23 Abr 1999
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