Greenpeace mantiene que la térmicaprodujo en 1991 unas emisiones de CO2 de entre 3,4 y 3,9 millones de toneladas, mientras que en 1992 superaron los 4 millones.

Por ello, estima que con el nuevo grupo de 550 megavatios, las emisiones de anhídrido carbónico podrían superar los 7,5 millones de toneladas.

Para José Luis Ortega, portavoz de la organización ecologista, "el Gobierno español ha escogido Almería para llevar a cabo el proyecto más contaminante de todo el Plan Energético Nacional (PEN), sin importarle las consecuencias queello va a tener tanto sobre el ecosistema de la provincia como sobre el medio ambiente global".

A juicio de Ortega, la térmica de Carboneras es la más contaminante de todo el litoral mediterráneo español, por lo que considera inaceptable su ampliación.

Además, afirmó que la demanda eléctrica en 1992 sólo aumentó un 0,4 por ciento, muy lejos del 4,03 por ciento anual previsto en el PEN, lo cual significa, a juicio del portavoz de Greenpeace, que la energía eléctrica que producirá la ampliación no s necesaria.

"Ahora", agregó, "es el momento de poner freno a proyectos desfasados de producción de energía sucia, y de cortar con el despilfarro de energía. Es mucho más fácil y barato ahorrar la energía que produciría la ampliación de la térmica, que poner en marcha el nuevo grupo de carbón".