"Estos cultivos", señala Greenpece, "además de constituir una amenaza para la conservación de la diversidad biológica, tienen un alto riesgo de desaparecer como consecuencia del alarmante incremento de los incendios forestales, las plagas y las enfermedades ocasionado por el cambio climático".

Según a organización ecologista, esta medida sería complementaria a la imperiosa necesidad de reducir drásticamente las emisiones de CO2 ocasionadas por la quema de combustibles fósiles.

En este sentido, el segundo informe del Grupo de Trabajo del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático estima que un calentamiento global medio de 1 a 4 grados en los próximos 100 años ocasionaría la desaparición de bosques enteros durante este período.

Dicho informe también señala que aquellas zonas donde se sté practicando una silvicultura basada en el establecimiento de repoblaciones forestales monoespecíficas serán particularmente vulnerables a las plagas y enfermedades.

Asimismo, pronostica un incremento del número de grandes incendios en las zonas más secas de Norteamérica, Australia y la región Mediterránea. También indica que se ocasionarán alteraciones en el ciclo del nitrógeno y el carbono, afectando de forma negativa a la productividad de estas plantaciones.

Según datos del Ministerio de Agicultura, Pesca y Alimentación, el 70% de las zonas estudiadas en el sur de España tienen árboles dañados por la sequía.

Para la organización ecologista internacional, "resulta incomprensible que se gasten ingentes cantidades de dinero en nuevas repoblaciones monoespecíficas, muy sensibles a los incendios, plagas y enfermedades, en vez de invertir estas sumas de dinero en la introducción de nuevas especies forestales autóctonas que diversifiquen las ya existentes y prevengan el serio peligro de desapaecer que corren hoy en día".