Greenpeace mantiene que la crisis que atraviesa el sector anadero y agrícola desde la adehsión a la CE ha propiciado la expansión de las plantaciones de árboles de crecimiento rápido, principalmente de eucaliptos, en el norte de España.

Los ecologistas insisten en que esa expansión es "ecológicamente negativa", tiene graves consecuencias sobre la diversidad biológica e incrementa el riesgo de incendios y plagas.

Para Mario Rodríguez, responsable de la campaña de papeleras de Greenpeace España, "la defensa de la biodiversidad, cuyo convenio fue firmado pr nuestro país en Río, comienza por la defensa de nuestros bosques autóctonos".

Para ilustrar sus críticas, la organización conservacionista pone como ejemplo el plan forestal aceptado por la Xunta de Galicia, ya que asegura que lo ha elaborado la consultora Sesfor, "directamente dependiente de la Unión de Silvicultores del Sur de Europa (USSE), defensores de los intereses de la industria de la madera y de la celulosa".

Según los ecologistas, la industria papelera crea menos empleo y genera un meor valor añadido que la industria del mueble de calidad, basada en maderas nobles.

Mario Rodríguez señaló que las celulosas sobreestiman continuamente suus previsiones de crecimiento para conseguir ayudas comunitarias.

Greenpeace ha pedido a la CE que no fomente la expansión de monocultivos de pino y eucalipto y conceda subvenciones y préstamos a los proyectos de recuperación de bosques autóctonos.

Asimismo, propone que las administraciones no apoyen la instalación de nuevas fábricas de past de papel destinadas a la exportación de pasta a otros países o la ampliación de las ya existentes hasta que no resuelvan los problemas de contaminación que acarrean.