Greenpeace se queja en un comunicado de que el informe que el Consejo de Seguridad Nuclear emitió a raíz del incidente es "simplista" y le falta "rigor" en sus cálculos sobre la radioactividad liberada, con lo que denuncia que "contribuye a encubrir las malas prácticas y la pésima cultura de seguridad de la central nuclear de Ascó".

Además, critica que "no aporta explicaciones convincentes sobre la causa del escape de radiactividad al exterior de la central".

"La falta de rigor del CSN es inadmisible y pone en cuestión su ya de por sí escasa credibilidad. Es inaceptable que el CSN trate de confundir al público dando por buenas las medidas de un centenar y medio de partículas, cuando desde el mes de noviembre del año pasado se han podido emitir miles y miles de ellas al medio ambiente", concluye Carlos Bravo, responsable de la Campaña Nuclear de Greenpeace.