Según el informe "El impacto ambiental de las celulosas en el Cantábrico y las costas gallegas", realizado por la organización ecologista y presentao hoy en Santander, sólo cinco industrias de celulosas generan en el norte del país unas 50.000 toneladas de materias orgánicas.

Entre las firmas contaminantes de la zona, los ecologistas acusan a Sniace de ser la causante de la contaminación que afecta desde hace años al área turística de Suances y que, aseguran, ha provocado una reducción en el número de pescadores de la localidad de 300 a 60 en pocos años.

Los conservacionistas aseguran que la legislación actual permite a estas industrias "conaminar con virtual impunidad" y acusan a los responsables de estas firmas de ofrecer como única alternativa la construcción de tuberías submarinas para conducir sus vertidos.

Los responsables de Greenpeace rechazan esta actitud y afirman que "con esas medidas no engañan a nadie. La única solución a esta grave contaminación de nuestros mares es parar el blanqueo con cloro e instalar tratamientos secundarios en estas fábricas".

A su vez, advirtieron que los riesgos del actual proceso de producción e las celulosas no está sólo en la situación de sus vertidos, sino en la explotación de la vegetación de la zona, ya que "las plantaciones masivas mecanizadas de eucalipto o pino conducirán a un deterioro irreversible de la calidad del suelo".

Otros daños que, en su opinión, genera la explotación a gran escala de este tipo de árboles es la erosión, el arrastre de capa vegetal por las lluvias, la alteración del ciclo hidrológico y la pérdida de las especies de fauna, flora y valores paisajísticos más snsibles a los efectos del entorno.