Sánchez Casas abandonó el centro penitenciario de Sevilla II el pasado 20 de julio, tras haber cumplido 18 años de condena entre otros delitos por el asesinato del magistrado Cruz Cuenca.

Durante su permanencia en prisión, Sánchez Casas secundó una huelga de hambre al término de la cual sufrió un infarto de miocardio. Desde entonces, su estado de salud ha empeorado paulatinamente, motivo por el cual requiere de periódico tratamientomédico.

El histórico dirigente de los Grapo, natural de Cádiz y de 52 años de edad, lideró en 1996 y 1997 las penúltimas negociaciones entre el Gobierno y la banda terrorista para la disolución de ésta última.

No obstante, ambas partes rompieron formalmente en febrero del año pasado los citados contactos, que, asimismo se reanudaron meses después hasta hace unas semanas, aunque sin éxito.

Sánchez Casas reapareció en público hace unas semamas junto al abogado de los presos de la banda terrorita, Juan Manuel Olarieta, para dar lectura a un comunicado en el que anunciaban la ruptura de las últimas conversaciones mantenidas con el Gobierno.

Con anterioridad a la lectura de ese comunicado, el grupo terrorista atentó con paquete-bomba contra tres sucursales de la Agencia Tributaria en Madrid y, posteriormente, se atribuyó la colocación de dos artefactos explosivos en la sede de Previasa (antigua empresa de Publio Cordón) en Madrid, uno de los cuales llegó a explotar.