El delegado del Gobierno en Madrid, Miguel Solans, anunció que antes de producirse las tres detonaciones se recibieron llamadas de comunicantes que se identificaban como miembros de los GRAPO, y que advertían de la colocación de los artefactos.

La primera explosión se registró hacia las doce y cuarto en el número 3 de la calle Princesa, en un edificio que tiene 10 plantas, y que alberga la Dirección Provncial de Trabajo, la Agencia del Medio Ambiente (AMA) de la Comunidad de Madrid y las dependencias de los grupos parlamentarios del PP, IU y PSOE de la Asamblea de Madrid.

La segunda tuvo lugar poco después de las doce y media en la calle Diego de León, 50, sede de la patronal CEOE. También en este caso hubo un aviso de bomba y cuando se desalojaba el edificio explosionó un artefacto.

El último artefacto hizo explosión en el número 91 del paseo de la Castellana, en el complejo Azca, en un edifici de oficinas donde tiene su sede la Corporación de la Siderúrgia Integral.

Vecinos del inmueble contiguo explicaron que la explosión fue muy fuerte, ya que notaron que el edificio experimentó una gran sacudida.

La situación creada este mediodía en Madrid recuerda a la vivida el 6 de septiembre de 1990, cuando los GRAPO hicieron estallar tres artefactos en las sedes de La Bolsa, el Ministerio de Economía y Hacienda y el Tribunal Constitucional.

En aquella ocasión no hubo víctimas mortales, auque un total de once personas resultaron heridas de diferente consideración.