Así lo afirma Manuel Navarrete Paniagua, comandante del Servicio de Información de la Dirección General de la Guardia Civil, en un artículo titulado "Infiltración terrorista en las comunidades de inmigrantes", publicado en el número 14 de la revista "Análisis del Instituto Universitario de Investigación sobre Seguridad Interior".

Junto con los que se encuentran en situación regular, añade Navarrete, aparecen otros inmigrantes relacionados con extremismos radicales que han sido reclutados en prisiones, donde la mayoría se encontraba por delitos comunes o procedentes de bolsas de inmigración donde existía una situación de marginalidad y una cercanía a la delincuencia.

El comandante señala que en cuanto a las motivaciones de estas personas para actuar, "se combinan una interpretación radicalizada del islam, junto con otros elementos como la xenofobía, tendentes a inducir los comportamientos extremistas deseados, la sumisión a la causa y la presentación de la exclusión y la lucha contra la santa y única vía posible".

En cuanto a las actividades de índole logística, Navarrete destaca elementos comunes como el uso de documentación falsificada, tanto para soportar la actividad terrorista como asegurar su impunidad, o el aprovechamiento de los procesos de regularización de documentación de cualquier tipo para obtener identidades y legalizar la situación administrativa.

"Dentro del uso de la delincuencia para el apoyo de las actividades terroristas es frecuente encontrar vínculos con el tráfico de drogas, vehículos robados y tráfico de armas y explosivos, entre otros", indica.

Finalmente, Navarrete señala que los "centros de culto han sido y son lugar de actuación preferente para el reclutamiento, el adoctrinamiento y la manipulación que lleve al extremismo". Aclara que al tratarse de una interpretación radical de la religión islámica, los captados son apartados de los centros de culto, asegurando su cohesión al grupo y a la doctrina que los radicales presentan como verdadera.