La cárcel está situada en la localidad británica de Peterborough, tiene capacidad para 480 hombres y 360 mujeres y está concebida de antemano para promover la igualdad entre reclusos de distinto sexo.

El centro tendrá áreas separadas por sexos que estarán dotadas de idénticas instalaciones. Unicamente compartirán la cocina, y es en este punto donde parece que no se va a aplicar el principio de igualdad, ya que serán las convictas las encargadas de cocinar.

El director de la prisión de Peterborough, que será gestionada por una compañía privada de seguridad, defiende que esta decisión no responde a cuestiones machistas sino a razones de seguridad.

Según explica, experiencias anteriores en las que los presos se han encargado de cocinar han mostrado que es más frecuente que los hombres adulteren los alimentos que van a ser consumidos por las reclusas que al contrario.

El Ministerio del Interior británico espera que esta institución sirva de modelo para la futura construcción de establecimientos penitenciarios mixtos, en los que también puedan convivir convictos de distintas edades.