Este plan será probado con carácter piloto en Londres y en otras zonas de Inglaterra y el Norte de Gales, y permitirá a la policía imponer multas en el mismo lugar en que ocurran los hechos constitutivos del delito.

La persona multada podrá elegir entre dos alternativas: pagar (por correo o en un juzgado), o recurrir la sanción a los tribunales. En este segundo caso, si pierde, se expone a penas de trabajo comunitario o incluso cárcel.

Está previsto imponer multas de 40 libras por coprar alcohol a menores de 18, tirar piedras a los trenes, beber en lugares en los que esté prohibido el alcohol o conducir borracho en una autopista. La sanción se elevará a 80 libras por hacer perder el tiempo de la policía, por llamar a los bomberos sin causa justificada o por estar borracho y armando jaleo en un lugar público.