"No reprochemos a los nacionalistas que lo sean, pidamos a quen gobierna que sepa que gobierna una España incluyente, no excluyente", explicó.

A su juicio, la diversidad de cada uno debe ser reconocida dentro de un modelo y un proyecto de país del que carece el Gobierno del Partido Popular.

Este proyecto, señaló, debe contar con cinco elementos que consideró básicos: el respeto por las reglas del juego democrático, el reparto del poder entre las distintas esferas del Estado, la justicia como servicio público, la lucha contra el terrorismo, y la política exerior y de seguridad.

Tras recordar y combatir algunas de las críticas recibidas por los Gobiernos que presidió desde la oposición, pidió a los dirigentes del PSOE que le den "muchos martillazos al clavo" de los fallos del Gobierno para que los ciudadanos sepan que, si España va bien, "no es para la mayoría".

"Aquí no hay quien asuma su responsabilidad", señaló, y cuando el Ejecutivo no encuentra "un posible culpable" de sus problemas, los achaca a los propios ciudadanos o a los Gobiernos anterioes.

"Seguro que en catorce años hemos cometido muchos errores, pero no se nos puede reprochar que no supiéramos lo que hacer", tanto dentro como fuera de España. "Teníamos un proyecto y ahí caminábamos", enfatizó.

Las diversidades de España, advirtió, hay que aprovecharlas como un "patrimonio de todos", sin "hacer el ridículo al decir que hablamos catalán en la intimidad", sino fomentando y apreciando las diferencias culturales del país.

Felipe González también culpó a los partidos nacionalitas por tener "tendencias excluyentes" entre sus proyectos, y consideró que la cohesión debe garantizar la identidad, pero también la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, aunque no de manera "cuartelaria".

González hizo estas consideraciones en las jornadas sobre la ampliación de la Unión Europea que el PSOE celebra en Magaz de Pisuerga (Palencia).