En los pasillos del Congreso de los Diputados, González Pons respondía así al acuerdo alcanzado entre el Gobierno y la Generalitat de Cataluña para canalizar hasta Barcelona el agua sobrante que los regantes de Tarragona extraen del Ebro.

González Pons exigió al Gobierno "que reaccione" y que asuma que esa medida implica "rehabilitar" una parte importante del Plan Hidrológico Nacional que había sido derogada en la anterior legislatura.

Recordó, además, que en la última campaña electoral Rodríguez Zapatero se comprometió en Zaragoza a no acometer ningún trasvase del Ebro mientras fuera presidente, y sólo una semana después de tomar posesión del cargo, denunció, lo ha hecho.

El PP rechaza las tesis del Gobierno e insiste en que esa canalización es un trasvase como los que antes se han negado para la Comunidad Valenciana o Murcia, y acusa al Ejecutivo de "olvidar" con Cataluña los argumentos que esgrimió con otras comunidades.

González Pons se mostró convencido de que los ciudadanos de la Comunidad Valenciana y Murcia asisten a las explicaciones del Gobierno "con impotencia, con rabia y con los dientes apretados".