Ante los senadores y diputados paraguayos, González afirmó que "la democracia no es todo el proceso, pero es el inicio de la vida del progreso, es el pacto que una sociedad se otorga a sí misma para conseguir los ideales a los que legítimamente puede y debe aspirar".

A su juicio, en ese pacto "todos tienen especiales responsabilidades y de manera muy especial quienes las ejercen de manera exclusiva", por lo que "ls gobernantes, los legisladores, los jueces y magistrados y las fuerzas armadas, por citar a los pilares básicos de la organización social, tienen la obligación en todo momento de ser ejemplares, de no admitir presiones ni buscar enriquecimientos personales o promociones sociales, sino el bien común solidario del conjunto de la sociedad".

El presidente del Ejecutivo español se refirió también al proceso de transición hacia la democracia, tanto en España como en ese país americano, y dijo que "durante a época de la dictadura en España, tras el terrible enfrentamiento civil que padecimos, se llegó a afirmar que España no estaba en condiciones de ser libre y democrática, que algún mal genético nos iba a impedir organizarnos en libertad".

"Se llegó a afirmar que la democracia sólo era posible a partir de un determinado nivel de renta", continuó González, quien agregó que éstos "eran pretextos que justifican el paternalismo arbitrario que pretende decidir por todos sin preguntarles la opinión, eran excsas de los que desconfían en el hombre, en el vecino o en su amigo".

En su opinión, "a la gente, a nuestros ciudadanos, sin ocultarles la verdad, hay que mandarles mensajes de confianza en su propia capacidad, hay que contar con la participación de todos, porque el país, vuestro país, es de todos".

Tras su intervención ante el Parlamento paraguayo, González almorzó con su anfitrión, el presidente de Paraguay, Juan Carlos Wasmosi. Seguidamente tiene previsto asistir a la inauguración de unas viviedas en cuya promoción participa la Administración española.