GONZALEZ CONSIDERA ABSURDO QUE BARRIONUEVO DIMITA COMO DIPUTADO POR SU RESPONSABILIDAD COMO MINSTRO
- Asegura que el apoyo de CiU es firme y que agotará la legislatura
- Prevé un crecimiento económico para este año superior al 3%
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El presidente del Gobierno, Felipe González, reiteró hoy su apoyo al ex ministro del Interior, José Barrionuevo, ministro cuando se produjo, en 1983, el secuestro de los presuntos etarras Lasa y Zabala por los GAL.
González mostró, en declaraciones a Radio Nacional, su extrañeza por el hecho de que "diez años después pian que su responsabilidad, o la responsabilidad que se derive de su gestión como ministro, la pague como diputado, cosa que, aunque en algunos casos lo hemos hecho, me parece absurdo".
Preguntado si el apoyo que manifestó ayer a Barrionuevo en el Congreso era a título institucional o personal, González respondió: "Puede considerarlo de ambas maneras, pero en realidad uno no piensa cuando está expresando un criterio de esa naturaleza si es institucional o personal".
"A Barrionuevo le tocó dirigir l Ministerio del Interior en un momento extraordinariamente difícil; era el comienzo además de nuestro mandato. Yo creo que hizo una extraordinaria labor, con una total entrega y es un poco extraña la situación: (que) diez años después pidan que su responsabilidad, o la responsabilidad que se derive de su gestión como ministro, la pague como diputado".
"La experiencia, no sólo nacional sino internacional, me dice que cuando existe una violencia continuada contra el aparato de seguridad del Estado o cotra las Fuerzas Armadas, contra civiles, particulares, etcétera, existen muchas probabilidades de que haya respuestas fuera de control".
AGOTAR LA LEGISLATURA
Preguntado si a veces no siente deseos de abandonar, el presidente aseguró que quiere cumplir con su obligación y agotar la legislatura. Las elecciones generales serán "en su tiempo. No las habrá anticipadas", afirmó.
Respecto a las elecciones autonómicas y locales, González no establece una "relación de causa-efecto" entre estas eleccions y el Gobierno de la nación. "Respeto las opiniones sobre posibles cambios de Gobierno, incluídas las de miembros de mi partido. Pero yo no estoy contemplando esa hipótesis de trabajo". "El Gobierno", recalcó, "está cumpliendo satisfactoriamente el programa electoral y lo vamos a seguir cumpliendo".
Felipe González insistió en que "los acuerdos con CiU, además de no ofrecer dudas, garantizan la estabilidad para toda la legislatura". Asimismo, afirmó que las encuestas electorales le demuestran que "untercio del electorado mantiene una gran fidelidad con nosotros".
En el PSOE, añadió, "no tenemos todavía la perspectiva de que nuestro programa esté agotado", lo cual comparó con la oposición, "que no tiene un proyecto alternativo y, en consecuencia, ¿cómo confiar en quien no ofrece un proyecto alternativo? Seguimos sin saber qué quiere hacer la oposición con el país".
González aseguró que hay intentos de derribar al Gobierno por parte de sectores que tal vez piensan que se pueden provocar eleccines anticipadas "por razones espúreas, en lugar de tener la paciencia y el respeto cívico de esperar que los procesos electorales lleguen a su tiempo, o acceder al poder por procedimientos no directamente electorales".
PESETA
Respecto a la inestabilidad de la peseta, el presidente del Gobierno señaló que no contempla la hipótesis de la salida del SME "y, por tanto, ni me asusta ni me preocupa".
Se mostró optimista de cara al crecimiento económico en 1995, del que dijo que "va a ser superior al revisto (2,8%) y creo que vamos a rebasar el 3%. Creo también que el objetivo de inflación se puede cumplir, porque se va a desacelerar una vez absorbido el efecto de la subida del IVA, y asimismo se va a cumplir el objetivo de déficit".
Por otro lado, González no ve una fácil solución "por el momento" al conflicto pesquero con Canadá, con quien no está de acuerdo en que "se tome la justicia por su mano y trate de invadir las aguas internacionales sobre las que no tiene jurisdicción".
El presidene reflexionó que se han roto una serie de reglas que acompañaron durante muchos años a la transición política, "en las cuales se fundamenta también el buen hacer democrático -reglas de autocontención, de cierto relativismo intelectual, de respeto al contrario-, muchas de las cuales se han roto porque se cae con mucha facilidad en el insulto y en la descalificación en lugar de en una argumentación seria".
(SERVIMEDIA)
23 Mar 1995
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