González inauguró unas jornadas sobre el consumo en la nueva sociedad de la información, organizadas por la Secretaría de Consumidores y Usuarios del PSOE, en la escuela de verano Jaime Vera, de Galapagar, en Madrid.

Su intervención, seguida de la de Alfredo Pérez Rubalcaba y la de Juan Luis Cebrián, estuvo centrada en la necesidad de asumir este fenómeno irreversible", en lugar de criticarlo, pese a comprender las reservas que sus efectos pueden suscitar.

"Los que critican la globalización como globalismo, globalifóbicos, se equivocan en una cosa fundamental: que la globalización, inducida por la revolución tecnológica, no es una alternativa, sino una nueva realidad", advirtió.

En su opinión, "la crítica sobre el efecto de esa nueva realidad es perfectamente lógica y coherente, pero ver la globalización como una alternativa que se puede tomar o djar es un error dramático".

Por ello, consideró que los ciudadanos que se sientan progresistas y solidarios deben "buscar alternativas, dentro de esa nueva realidad, para abrir nuevos espacios de oportunidad. Esa es la diferencia entre la simple protesta, por muy cargada de razón que sea, y una política que ofrezca un resultado alternativo al crecimiento de la desigualdad desde todos los puntos de vista".

El ex presidente explicó además de que el espacio de oportunidades que abre la globalización"es neutral" y puede ser ocupado por quien más presto esté a hacerlo. Por tanto, sería mejor que lo ocuparan quienes se sienten solidarios y con capacidad para aprovechar este fenómeno en beneficio de la humanidad.

"La profesion de quejarse de todo me cae mal", dijo, "igual que esa izquierda que se dedica a inventar teóricamente el futuro para que la derecha gobierne el presente tampoco me ha caído nunca demasiado bien. Prefiero que se invente el futuro pero gobernando el presente", agregó.

AMENAZA E RECESION

González alertó además de que la globalización dejará obsoletas las tradicionales formas de solidaridad, por lo que el único camino posible para aminorar el crecimiento de las desigualdades provocadas por este fenómeno es buscar la inclusión de todos los que, por su carencia de capacidades, quedan fuera de la "nueva economía".

En este sentido, González se mostró convencido de que en estos momentos existe una "amenaza de recesión seria" sobre el mundo occidental, que se verá afectado po las crisis incipientes ya en América Latina.

Ese aparente inconveniente de la globalización, la extensión de las crisis, puede ser visto también como una ventaja, explicó, ya que esa misma "interdependencia" entre los países les obliga a ayudar a quienes se ven afectados por la recesión para tratar de salvarse de ella.

Al hilo de esta reflexión, González lanzó también un mensaje a los gobernantes occidentales, acerca del inminente estallido de los movimientos migratorios mundiales, debido a la cntradicción que supone la libertad con la que fluyen los capitales y las mercancías, y las limitaciones territoriales que se impone a las personas.

"Esta contradicción entre los factores que definen la economía no es posible mantenerla y va a estallar crecientemente. Son libertades al servicio de los seres humanos, por lo que no se puede deducir que esos seres humanos no pueden moverse de su territorio".

FRAGA Y EL CENSO

En un momento de su reflexión, al hablar de América Latina y sus lazos conEspaña, el ex presidente bromeó con la polémica sobre el Censo de Residentes Ausentes y la conveniencia de que "nuestros amigos gallegos" se vayan a Buenos Aires para llegar a centenarios.

"Nos dicen que no queremos que voten los emigrantes. Queremos que voten, y todos, menos los que hayan muerto, no vaya a ser que les salgan las elecciones como le salieron a Fraga los referéndums del 68... En Valencia, el 105 por ciento del censo, y pretenden que en Galicia le dé el 105 por ciento del censo también". En otro momento, González destacó la necesidad de primar los valores democráticos por encima de todo, pero criticó a quienes recurren a unos supuestos "valores morales" como escudo contra la crítica política.

"Cuando uno estaba en contra de lo que estaba pasando en el País Vasco, como estrategia de campaña, lo que te ponían siempre delante eran los valores. ¿Usted está a favor o en contra de los valores? No me discuta de valores. Es inmoral hablar de valores morales relacionados con la posición plítica A, B, o C. Me parece mal lo que usted está haciendo de criminalizar a la mitad de la sociedad vasca por criminalizar al PNV, pero no me diga usted que eso es inmoral por mi parte", concluyó.