Gómez Navarro, en el transcurso de un almuerzo organizado por la APIE (Asociación de Periodistas de Información Económica), manifestó que esta reestructuración no afectará a la organización interna del Ministerio, y que con ella pretende que los empresarios españoles tengan una ayuda continuada a la exportación.

La restructuración implicará que cada oficina comercial en el exterior dé a los empresarios españoles unos servicios hmogéneos y con una calidad mínima, ya que reconoció que la actuación actual de cada oficina, cuya orientación viene marcada exclusivamente por los criterios de su director, no es la adecuada.

El ministro dijo que "la Aministración debe estar al servicio de la empresa" e indicó que ésta debe ser cada vez más pequeña y eficaz, lo que conlleva una reducción de costes.

No obstante, también manifestó que "no hay cultura exportadora en España" y puso como ejemplo que solamente 5.800 empresas españolas xportan productos por un importe superior a los 15 millones al año.

Gómez Navarro predijo que este año seguirá la tendencia positiva de 1993 -cuando la balanza comercial mejoró un 30 por ciento-, ya que a su juicio en 1994 las exportaciones creceran un 15 por ciento, frente a un 8 por ciento de las importaciones.

En cuanto al turismo, el ministro aseguró que 1994 será "especialmente bueno", debido a la devaluación de la peseta, la mejora de los servicios que ofrece nuestro país y a la crisis del editerráneo, "ya que en turismo de sol y playa no hay otra opción".

Sin embargo, se mostró especialmente preocupado por la sobrecontratación que puede producirse precisamente por esta abundancia de turistas al no existir otros destinos europeos, que afectaría sobre todo a Canarias, Baleares, y la Costa Blanca.

Gómez Navarro anunció que va a pedir a los Gobiernos autónomos de estas zonas que creen comisiones de seguimiento para evitar la sobrecontratación, promovida por los 'tour-operadores', por os perjuicios que a la imagen de España le puede ocasionar. "A los españoles les diría que espabilen si van a Baleares, Canarias o Benidorm", añadió.

PRESION POLITICA

En cuanto a los horarios comerciales, el ministro insinuó que el decreto elaborado es fruto de la presión política de CiU, que presentó un proyecto al inicio de la legislatura "muy restrictivo" y manifestó que "al final es el comprador el que va a fijar las condiciones".

No obstante, defendió la elaboración de la Ley de Comercio cmo "un marco general que determine las reglas del juego". Dicha norma estará preparada a finales de año, para que entre en vigor en 1995, según lo pactado con CiU.