Gómez de Liaño xplica, en una entrevista publicada hoy por "El País", que todos deben ser iguales ante la justicia. "Hago mío el voto particular de Martín Pallín: en román paladino viene a decir que, cuando se suben las escaleras de un tribunal de justicia, todo dios va en cueros", señala.

El magistrado asegura que mandar al coronel Galindo a prisión "no era algo personal. Pero fue el momento más duro de mi vida. Tanto el fiscal Santos como yo éramos conscientes de que aquel acto trascendía al Estado".

Respectoa la intención del Gobierno de poner punto final a la instrucción del caso GAL, Liaño indica que "una sociedad que se empeñe en pasar esas páginas sin leerlas, va hacia el barranco de la inmoralidad. Una ley de punto final sería socialmente inmoral".

Gómez de Liaño se muestra muy dolido con la campaña de desprestigio hacia los jueces emprendida por "poderes políticos, económicos, periodísticos", a los que tilda de "muy beligerantes" y añade que "nos han llamado golpistas, pederastas, cocainómanos... S está jugando asquerosamente sucio, baboseando nuestras vidas privadas".

Por eso, el juez reconoce que ha tenido tentación de abandonar "pero no sólo ahora. Más de dos y más de tres veces he tenido que hacer acopio de enormes dosis de estoicismo para seguir. Es cuestión de sufrimiento y aguante".

En este sentido, el magistrado de la Audiencia Nacional subraya que "seguiré en la lucha. Aguantaré el tirón del sufrimiento. Creo que en el sueldo de un juez entra también eso: el romanticismo de morirs de tristeza".