En su escrito, Gómez de Liaño explica que la dimisión, que fue aceptada por 10 votos a favor, 3 abstenciones y 1 voto en contra, está motivada por "los últimos acontecimiento que han centrado la atención de este Consejo", refiriéndose a la polémica desatada tras la denuncia formulada conta él por la jueza de Madrid Susana Polo, que le acusó de intromisión en su independencia judicial.

El vocal explica en la carta que la decisión de dimitir "tiene el propósito de contribuir al prestigio de este órgano constitucional al que pertenezco y a la credibilidad del Poder Judicial al que represento, pues ambos conforman, junto a otras instituciones, la estructura de nuestro Estado".

Aunque reconoce que podía haber esperado un poco para presentar su dimisión hasta que "el tiempo haga justica, dando y quitando razones", agrega: "Prefiero ser agradecido a la sinceridad del límite de lo casi incomprensible y a la indisimulable tendencia a la tensión".

A su juicio, con la aceptación de su renuncia puede ayudar a la judicatura española "en su dura tarea de compatibilizar la salvaguarda del derecho con la confianza de los ciudadanos que, al fin y al cabo, son los soberanos de la justicia".

Tras señalar que con su actitud "no hago otra cosa que ser coherente con mis propias ideas y princiios" y espera "ser fiel al espíritu edificante que me ha guiado desde el día que prometí mi cargo", afirma que tiene la voluntad de seguir trabajando como miembro del CGPJ "con la dedicación de siempre y como siempre".