"Contraespionaje: los nuevos desafíos" fue la cuestión debatida por distintos profesionales del espionaje, en el curso de verano "Poder y servicios de inteligencia", organizado por la Universidad Complutense y dirigido por Aline Griffith, condesa de Romanones.

Frisch advirtió en su intervención sobre "la necesidad de estar alerta, ya que un próximo golpe en la Unión Soviética podría estar mejor preparado".

Asimismo, señaló que el espionaje idustrial está adquiriendo un protagonismo esencial, ya que la URSS, como Polonia, Rumanía o Checoslovaquia, dependen cada vez más del desarrollo económico.

Junto a este espionaje, afirmó el conferenciante, han cobrado fuerza la inteligencia surgida en China, cuyos espías están infiltrados en las representaciones comerciales y entre los estudiantes, y el oriental, unido generalmente al terrorismo de Estado.

Para Peter Frisch, sería un error renunciar hoy al espionaje, porque el mundo nunca será ta razonable como para aceptar una situación en la que no existieran estos métodos de investigación.

El reto de hoy de los servicios de inteligencia es, según Frisch, mantener el equilibrio entre los derechos de los ciudadanos y las razones de Estado.

ESPIONAJE ELECTRONICO

El teniente general Leonard Perroots, ex director del Defence Intelligence Agency de Estados Unidos, que también participó en el curso, afirmó que actualmente la sofisticación electrónica representa el mayor desafío para las agncias de inteligencia.

"Tenemos que mantener la vigilancia de los aspectos técnicos de nuestro sistema de informática, ya que grandes cantidades de información pueden ser robadas por medio del ordenador", aseguró Perroots.

Tras explicar que los momentos de paz son muy peligrosos, "porque corremos el riesgo de bajar la guardia", Perroots insistió en la necesidad de establecer un programa específico para detectar al "espía del 90".

Una riqueza repentina e inexplicable, un horario laboral extrao, frecuentes viajes al extranjero son los rasgos que caracterizan al "Judas moderno, perteneciente, muchas veces, a las clases más desesperadas".

Perroots aseguró que las demandas de inteligencia de Estados Unidos seguirán aumentando, especialmente en lo referente al mantenimiento de tratados, terrorismo o narcotráfico.

"No creo que el papel del servicio de inteligencia cambie de forma dramática; en todo caso, sólo lo harán su enfoque y sus métodos", aseveró.

En relación a la "Operación deldesierto" en la guerra del Golfo Pérsico, afirmó que fue un éxito debido a que nunca unas tropas, en este caso las aliadas, habían tenido tanta información sobre la situación del enemigo.

"Si la historia nos enseña algo", finalizó Perroots, "es que las crisis nunca terminarán y la inteligencia siempre será la mejor arma para, en caso de producirse la guerra, ganarla".