Goldman Sachs formula este pronóstico en su último documento de previsiones económicas a nivel internacional, cerrado el pasado mes de febrero y al que tuvo acceso Servimedia, en el que ha mantenido su anterior estimación de crecimiento para España en 1995, que es sensiblemente superior al 2,8 por cien previsto por el Gobierno.

El banco de inversión norteamericano, que efectuó este último pronóstico antes de la nueva devaluación de la peseta, sostenía que la divia española ya resultaba "extremadamente competitiva" con su anterior tipo de cambio.

Por esa razón, advertía que "una depreciación adicional de la moneda", lo que se produjo el pasado domingo, "tendría más posibilidades de transformarse en una inflación más alta que en un mayor crecimiento".

A su juicio, la inflación (antes de la devaluación) podría situarse en un 4,8 por ciento este año y en un 4,3 por cien el ejercicio venidero, mientras que los salarios aumentarían en torno a un 4 por cien en mbas ocasiones.

Para Goldman Sachs, "la recuperación económica está ahora firmemente establecida en España", apoyada en un notable impulso de la inversión y en una tendencia más firme del consumo, lo que permitirá que la demanda interna vaya tomando el relevo del sector exterior como motor de la recuperación.

Goldman Sachs, que no hace ninguna mención a la situación política de España, destaca la mejoría de los niveles de confianza tanto de las empresas como de los consumidores y concluye que "enconjunto, sería posible para la economía española disfrutar de dos años de un crecimiento del PIB de alrededor del 3,5 por cien".