Esta decisión fue tomada durante la reunión que los presidentes andaluz y extremeño, Manuel Chaves y Juan Carlos Rodrguez Ibarra, mantuvieron esta mañana con los alcaldes de las localidades afectadas por este descubrimiento en las provincias de Huelva, Sevilla y Badajoz.

Chaves fue recibido en Monesterio con gritos y abucheos de "la mina es nuestra" y "la mina se queda en Extremadura" que profirieron varios vecinos de esta localidad.

A su llegada a Monesterio, ambos presidentes coincidieron en la necesidad de seguir trabajando para lograr el mayor beneficio económico para la comarca y para conseguir que se creeel mayor número posible de puestos de trabajo.

Manuel Chaves aludió a la necesidad de evitar de cualquier tipo de tensión entre los pueblos del sur de la provincia de Badajoz y del norte de la Sevilla y Huelva, en cuyo límite se encuentra ubicado el yacimiento y añadió que aún es pronto para conocer los términos exactos en los que va a hacer explotado.

Por su parte, el presidente extremeño se refirió a la necesidad de evitar que se obstaculice los trabajos de investigación que están en marcha sobe las expectativas, en torno a la riqueza y a las posibilidad de explotación, cuyo cálculo estará concluido en el plazo de unos siete meses.

Rodríguez Ibarra destacó el protagonismo del municipio de Monesterio del que dijo que "tiene derecho a que esta reunión se celebre aquí porque es donde está el yacimiento".

El encuentro en Monesterio de los dos presidentes autonómicos responde a la intención manifestada por ambos tras la reunión mantenida con el ministro de Industria, Juan Manuel Eguiagaray,el pasado 11 de enero.

El yacimiento de Aguablanca podría contener entre 10 y 20 millones de toneladas de niquel, según fuentes de la administración, sería explotado en el plazo aproximado de dos años.