A su juicio, en este momento lo más conveniente no es que se produzca una ruptura en el Gobierno vasco, cuando faltan poco más de tres meses para las elecciones autonómicas y un día para que se inicien las vacaciones en el Parlamento de Vitoria. Por ello, pidió más sensatez a la hora de tomar decisiones tan importantes como la uptura. "Yo creo que no es el momento, que es algo precipitado", dijo.

"Si hoy abandonamos el Gobierno por el motivo de todos conocido, ese mismo motivo nos tiene que llevar en el mes de noviembre, en caso de que ganemos las elecciones, a no llamar a formar parte del Gobierno vasco al PNV, o viceversa, que al PNV ni se le ocurra llamarnos a nosotros", agregó el alcalde de San Sebastián, que consideró necesaria la colaboración entre socialistas y peneuvistas.

Pese a reconocer que los socialistas tenen razones más que sobradas para abandonar el Ejecutivo vasco, Elorza agregó, en declaraciones a RNE, que "hay que analizar la medida desde un punto de vista estratégico y hay que analizar también si esta salida podría significar una mayor debilidad para HB o por el contrario una mayor escalada de tensión entre los partidos con mayor responsabilidad de gobierno aquí y en Madrid".

LA HABILIDAD DE HB

Elorza afirmó que aun en el caso de que no se pueda acusar al PNV de colaborar con HB, la coalición adical tiene la suficiente habilidad para saber que, en el juego parlamentario, "su posicionamiento y su voto y su apoyo a determinados temas puede crear contradicciones claras y confrontación entre los partidos del Pacto de Ajuria Enea, y sobre todo entre los partidos también que gobiernan juntos aquí o en Madrid".

"Hay que reconocer que habilidad estratégica tiene HB para saber cómo forzar las cosas, cómo crear confrontación y enfrentamiento y cómo, una vez más, elevar el listón de la tensión que vie este país, que de por sí está demasiado alto y lo que hace falta es sensatez, sentido común, la búsqueda de puntos de encuentro entre los partidos de gobierno, el que se dialogue realmente entre los partidos democráticos para buscar soluciones a los problemas", agregó.

En su opinión, sabiendo que Euskadi tiene el grave problema de la violencia y que existe un nacionalismo democrático que no acepta el marco jurídico-político, lo que hay que hacer es "ver cómo se puede abordar esta segunda cuestión co mayor inteligencia y no crear todavía más enfrentamiento". Otro peligro que se corre, agregó, es "abrir un camino a una división del País Vasco en dos comunidades".