Zubía considera que existen continuas contradicciones entre los miembros del Gobierno central y afirmó que la propuesta de Madrid debe ser corregida, aclarada y completada.

"La oferta remitida por el Gobierno central no es un avance, sino un retroceso, puesto que es incompleta, no recoge aspectos ya negociados en 1992 y sus conteidos no son conformes con el Estatuto de Autonomía", agregó. "Rechazamos, en consecuencia, la propuesta del Gobierno central, que debe ser corregida, completada en los términos expuestos en esta comparecencia".

El representante del Gobierno vasco repasó uno por uno los diez borradores de decreto enviados por la Administración central y destacó las carencias en medios materiales, personales y económicos.

Entre las prioridades citadas por Zubía a la hora de aceptar nuevas transferencias figuran infaestructuras, industria, trabajo y Seguridad Social y el área económico-financiera. A pesar del profundo desacuerdo, el consejero dijo que no van a romper el proceso negociador.

Los partidos con representación en el Parlamento vasco criticaron casi de forma unánime la actitud de Madrid, mientras los portavoces de formaciones nacionalistas fueron más lejos y acusaron al Gobierno central de romper el pacto que hace catorce años permitió redactar el Estatuto de Autonomía.

Inaxio Oliveri, de Eusko Alartasuna, propuso la creación de un frente nacionalista para defender el Estatuto, mientras Unidad Alavesa, en boca de Enriqueta de Benito, calificó de estafa al Parlamento la actitud de Madrid.

El portavoz del PSE-EE, Jesús Eguiguren, el único que defendió la actuación de la Administración central, acusó al consejero Zubía y al PNV de querer desmontar el impulso autonómico que a su juicio están dando los socialistas.