La decisión de la multinacional coreana de instalarse en el País Vasco se rubricó en un acuerdo firmado a comienzos de febrero entre los máximos responsables de Daewoo y el 'lehendakari' vasco José Antonio Ardanza, pero se ha mantenido el secreto oficial hasta oy, para no interferir en el proceso electoral cerrado el pasado domingo. Sin embargo, filtraciones a la prensa ya dieron a conocer el acuerdo hace unos días.

Javier Retegui destacó que la inversión coreana en el polígono de Júndiz, a 5 kilómetros de Vitoria, supone una importante creación de puestos de trabajo -400 en una primera fase, para aumentar la cifra en años posteriores- y la posibilidad de subcontratación para la industria auxiliar de componentes, lo que, a su entender, "va a tener influenci en todo el tejido industrial vasco".

El consejero resaltó también que el acuerdo alcanzado supone "la confirmación de que el País Vasco tiene condiciones objetivas para un importante proceso de desarrollo industrial" y añadió que la confianza de Daewoo en el País Vasco supone "la validación internacional de esta confianza". De hecho, es la primera vez que Daewoo se instala en un país de la Unión Europea.

Retegui informó que la planta vitoriana comenzará a funcionar a mediados o finales del próxio año 1997 y ocupará una parcela de 100.000 metros cuadrados, con unos 20.000 ó 30.000 construidos, y con posibilidad de ampliación. El objetivo de la factoría es fabricar 300.000 frigoríficos los tres primeros años.

El consejero de Industria ha llevado el peso de las negociaciones con Daewoo e incluso se desplazó a Seúl para entrevistarse con los dirigentes de la empresa coreana.

En esta negociación tuvo que competir con las ofertas de otros gobiernos autonómicos españoles, como los de Murcia, Aagón y Cataluña. El representante del Gobierno vasco jugó con las bazas de las condiciones favorables para la inversión en la Comunidad Autónoma Vasca, entre ellas, la gestión del suelo, la ubicación geográfica y las ventajas fiscales.