Estas pensiones tienen la finalidad de proporcionar una pensión mínima a aquellas personas que, o bien alcanzada la edad de la jubilación no cumplen los requisitos para entrar en la cobertura del Sistema General de la Seguridad Social, o bien, debido a su grado de minusvalía, tienen pocas o nulas posibilidades de desarrollar un trabajo remunerado.

Del total de pensiones, 25.186 fueron por invalidez y 22.249 por jubilación. Si se analiza el conjunto de los beneficiarios de pensiones no contributivas, las mujeres alcanzan el 73,8%, incrementándose en las pensiones no contributivas de jubilación hasta el 85%.

En las pensiones no contributivas de invalidez las mujeres, aún predominantes, tienen una representación algo menor, con un 61,7% de los beneficiarios de este tipo de pensión.

Respecto a los tramos de edad, en los casos de pensionistas por jubilación, el 57% del total de beneficiarios se concentran en el tramo de edad comprendido entre los 65 y 74 años de edad.

En cuanto a los pensionistas de invalidez menores de 65 años, los beneficiarios cuya edad está comprendida entre los 35 y 44 años suponen el 26%, y los de edades entre 55 y 64 años el 30%.

Este tipo de prestaciones han sufrido, desde 1995, un incremento en el número de beneficiarios del 50%, ya que se ha pasado de las 31.472 personas que las recibían ese año a las 47.435 que la percibieron durante 2004.