Así, el paciente se empezó a sentir mal en 2.007, con síntomas como molestias en la boca, mandíbula inferior y garganta. Al día siguiente tenía la boca inflamada y tenía presión en la garganta.

Sus familiares lo desplazan al Centro de Salud y le recetan antibióticos. Esta visita se repite en los días posteriores con idéntico resultado.

Al no tener mejoría el paciente es trasladado a Urgencias del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, siendo ingresado con el diagnóstico de "submaxilitis".

Al día siguiente, al observarse un fuerte infección de suelo de boca y cuello se le practicó una intervención quirúrgica urgente para traqueotomía.

En la operación, pese al conocimiento de la situación del paciente respecto a la inflamación en el cuello, los médicos no lograron hacerle la traqueotomía, por lo que se produjo la hipoxia del paciente con parada cardiorrespiratoria, quedando en estado vegetativo y falleciendo el 5 de febrero de 2.008.

Entre las cuestiones que fundamentaban la reclamación de los familiares estaba que, el paciente manifestó, antes de ser operado, que no se le podía tumbar, pues al estar tumbado se le cerraba la respiración.

Finalmente, se ha llegado a un acuerdo, sin necesidad de iniciar juicio, por el que se ha indemnizado a los familiares con 139.000 euros.