Esta es una de las medidas propuestas en el documento de "Lineas de Actuación sobre la Gestión del INEM" que el Ministerio de Traajo ha entregado a la patronal CEOE y los sindicatos UGT y CCOO para comenzar a negociar la reforma del instituto este mismo mes.

El propósito de la Administración es reasignar efectivos para acabar con los "cuellos de botella" que se producen en algunas oficinas. Actualmente, hay una media de 11 empleados por oficina, que atienden a 2.000 beneficiarios de prestaciones de desempleo al mes.

El problema para emprender la reasignación de personal radica en que el 60 por ciento de los 16.000 empleado del INEM son funcionarios, lo que reduce el margen de maniobra en movilidad y promoción profesional.

El documento señala que la cualificación de los profesionales del INEM "no siempre es adecuada en relación con las funciones a desarrollar", lo que conduce a "una gran desmotivación" y la fuga hacia otros órganos administrativos.

Asimismo, reconoce que en la actualidad hay una "percepción generalizada" en los poderes públicos, los agentes sociales y la ciudadanía en general de que el instituto noestá satisfaciendo eficazmente" las misiones que tiene encomendadas.

A ello ha contribuido "tanto el trato poco personalizado y excesivamente burcrático que tradicionalmente se ha ofrecido al usuario, como una clasificación y calificación profesional poco rigurosa dada la ausencia de entrevistas individuales con la profundidad y cualificación previas necesarias".

También influye, según el Ministerio de Trabajo, "una cultura de desempleo generada por la propia sociedad, con una relación cíclica crciente entre contrataciones temporales y prestaciones por desempleo".

Además, el documento señala que el INEM soporta unas cargas medias de trabajo "sensiblemente superiores" a las de la CE y que su organización informática, aunque han tenido un crecimiento notable, "no constituye un apoyo eficaz para la gestión".

Los expertos del Ministerio de Trabajo consideran que es preciso cambiar la naturaleza jurídica del INEM, para flexibilizar su funcionamiento, sin descartar la posibilidad de convertirl en ente público.

El INEM, a su juicio, debería articularse en tres grandes áreas, que serían promoción de empleo, prestaciones y formación, y tendría que contar con un personal más profesionalizado y con la posibilidad de hacer una carrera administrativa gratificante sin dejar el instituto.