El objetivo de la campaña es aumentar la demanda de estos préstamos, dado que su acogida entre los estudiantes no ha sido la que se esperaba cuando fueron creados hace tres años.

Son créditos que los bancos conceden a los universitarios de los últimos años de carrera y qe éstos se comprometen a devolverlos una vez que encuentran trabajo y disponen de ingresos propios. La financiación de los intereses corre por cuenta del Ministerio de Educación.

De los 54 millones de pesetas que se presupuestaron para este capítulo hace tres años sólo se gastaron 13 millones. El año pasado se aprobaron 100 millones y únicamente hubo que desembolsar 34.

En los próximos presupuestos hay prevista una partida de 118 millones, que el Gobierno confía en gastar cuando crezcan las solictudes de los créditos como consecuencia de la campaña de difusión.