Rodríguez respondió así en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado esta mañana en el Palacio de la Moncloa, donde se le preguntó expresamente por el hecho de que el Ejecutivo diga que ha apaciguado la tensión secesionista en Cataluña cuando los dirigentes de la Generalitat tienen previsto participar en la protesta convocada por el Consell per la República, la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural para el 19 de enero.

La portavoz dijo que no tenía “nada que decir de las manifestaciones” aunque los propios responsables de la Generalitat le hayan dado apoyo cuando al mismo tiempo van a estar presentar en la cumbre hispano francesa, lo que recordó que será posible porque el Gobierno central suele “hacer partícipe a las autoridades locales”.

Resaltó que la presencia de Pere Aragonés en la cumbre bilateral con el país vecino será “una buena oportunidad” para demostrar que existe un “buen estado de las relaciones institucionales entre ambos” gobiernos. Minutos después subrayó que desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa ha sido posible “recuperar la convivencia y el afecto” entre catalanes.

“Hoy la convivencia en Cataluña nada tiene que ver con la situación que se vivía en 2017. Se ha ganado en convivencia, se han recuperado los afectos y no me refiero sólo a los afectos políticos, sino también a los personales. Y se han normalizado las relaciones institucionales”, alardeó.

Los periodistas recordaron a la ministra que los líderes secesionistas vienen avisando en las últimas semanas que “el proceso independentista no ha terminado” y por eso reclaman un referéndum acordado para que los catalanes decidan su futuro.

Rodríguez eludió esa cuestión y puso el foco en que la cumbre debe ser un “motivo de celebración” para la ciudad de Barcelona porque representa una “magnífica oportunidad para la ciudad, su proyección y el conjunto de España”. De hecho, precisó que tendrá lugar en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y justificó que se celebre en esta localidad porque va a formar parte del “proyecto estratégico” diseñado junto a la UE para construir “la mayor infraestructura en el sector energético” con una conexión por mar con Marsella.