El "Plan África" contiene siete grandes líneas de actuación con medidas concretas para afianzar la democracia, contribuir a la lucha contra la pobreza, fomentar la cooperación en la regulación de los flujos migratorios, promocionar los intercambios comerciales, fortalecer la cooperación cultural y científica, y reforzar la presencia institucional de España en África.

En su presentación oficial participaron la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega; el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León; y el secretario ejecutivo de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO), Mohamed Ibn Chambas.

Uno de los factores que ha motivado el plan es la existencia en África de una "nueva generación de líderes" con una clara visión de los cambios que deben acometerse en el continente para que sus habitantes puedan tomar las riendas de su propio futuro.

Ibn Chamba corroboró esa idea al asegurar que África "está resurgiendo" y vive una época de grandes oportunidades, como muestra la explosión de esos nuevos líderes, la reducción de los conflictos y el interés por la cooperación basado en la responsabilidad mutua.

Tanto la vicepresidenta como Bernardino León dejaron claro que el esfuerzo español con África no implica descuidar otras prioridades de la política exterior, pero sí un compromiso decidido con la región más pobre del planeta. "INSENSIBLES" "No es posible que la comunidad internacional siga considerando inevitable que millones de niños mueran cada día de hambre. No podemos seguir considerando inevitable que menos de la mitad de los niños pudan ir a la escuela, que el sida, la malaria o la tuberculosis sigan causando millones de muertes anualmente o que millones de personas no tengan acceso al agua potable", sentenció Fernández De la Vega.

El Gobierno español, explicó, considera "imposible seguir siendo insensible a esta realidad", y asume que la estabilidad y el progreso de los estados desarrollados está necesariamente ligado al de los países menos avanzados.

Esta misma idea fue también pronunciada por Bernardino León, al sentenciar que el mundo no encontrará paz ni prosperidad "si no son compartidas".

África, escenario en los últimos cincuenta años de 186 golpes de Estado y 26 guerras, necesita "el concurso de la comunidad internacional y, en particular, de países amigos y próximo como España", dijo la vicepresidenta.

Fernández de la Vega reconoció su sensibilidad acentuada hacia este continente después del viaje de marzo pasado a Jeni a y Mozambique para celebrar con mujeres africanas el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Uno de sus objetivos, explicó, es tejer una gran red de mujeres "que persuada" a los gobiernos y a los organismos internacionales de impulsar iniciativas que mejoren la salud, la educación y el desarrollo de los países africanos. De todo ello se hablará en un segundo encuentro de mujeres que se celebrará el próximo mes de marzo en Madrid.

La inmigración es uno de los grandes asuntos englobados en este plan, que contiene medidas para reforzar las fronteras de España pero también para garantizar la integración de los inmigrantes que vivan legalmente. "Queremos que vengan", dijo, "pero de forma legal y ordenada, y que tengan aquí todos sus derechos".

"Poner fin a la utopía de un mundo sin hambre y sin miseria es posible", concluyó la vicepresidenta, en un tono esperanzador que había ratificado antes Ibn Chamba. "El plan supone un estímulo importante para los afro-optimistas, muchos de los cuales estamos hoy aquí", aseguró.