El "Plan África", que será similar al "Plan Asia", que presentó el Gobierno el pasado verano, y que tendrá una vigencia de tres años de acción, "contempla todo tipo de actuaciones desde el punto de vista económico, con importantes inversiones. También, desde el punto de vista de la cooperación, de la cultura y de la formación. Esperamos que esté terminado antes de que acabe el año", explicó De la Vega, en el transcurso de un encuentro informativo en Servimedia.

Asimismo, la vicepresidenta reivindicó una mayor implicación por parte de la Unión Europea, frente al problema de la inmigración. "Queremos que la UE tenga una política común de inmigración y de asilo. Tiene que cambiar de posición, no puede estar a la espera de que le lleguen peticiones sino que debe tener una política activa en relación con el África subsahariana. El problema de la inmigración es tanto de España como de la UE porque nosotros somos la frontera de la UE", indicó De la Vega.

En este sentido, la vicepresidenta destacó la próxima celebración de una cumbre en Rabat que servirá para redefinir las políticas sobre inmigración. "Una cumbre", señaló, "que propiciamos nosotros en el último consejo de ministros europeos".

Aseguró que España pedirá en la reunión de ministros de Exteriores, que se celebrará esta semana y en donde se analizará la situación de África y los flujos migratorios, que todos los programas de ayuda con los que cuenta la UE se apliquen en Mauritania.

Recordó De la Vega que gracias a las "buenas relaciones que mantenemos con Marruecos y la realización de una política conjunta, se ha conseguido que la inmigración irregular haya disminuido notablemente desde que estamos en el Gobierno. En el año 2003 llegaron 9.000 personas, en el 2004, 8.100 y en el 2005, gracias a los acuerdos con Marruecos esta cifra se rebajó casi a la mitad, registrándose 4.700 llegadas".

Reconoció el drama de estas personas y su derecho a tener un mundo mejor porque sus condiciones de vida, "no son tales, sino de mera supervivencia". También explicó que el problema de la inmigración debe ser abordado "desde la perspectiva político-diplomática, pero también con medidas de carácter humanitario" y sin perder de vista la "seguridad de nuestro país". "La llegada de inmigrantes irregulares no puede ser un fenómeno desestabilizador", recalcó de la Vega.

"Este gobierno cree que tiene que haber una inmigración legal y ordenada", afirmó la vicepresidenta. En este sentido, indicó la necesidad de negociar la cifra de inmigrantes que la sociedad española esté dispuesta a absorber con los agentes sociales, con las Comunidades Autónomas y con nuestras instituciones.