Una subida salarial del 4,7% supondría, según el Gobierno, entrar en una "espiral inflacionista, por lo que el Ejecutivo asegura que "mantendrá el objetivo de inflación (un 2% para finales del año) para el incremento de las retribuciones recogido en los Presupuestos Generales del Estado, a la que se añadirán los deslizamientos propios del ejercicio".

Asimismo, ante la advertencia de huelga general convocada por los sindicatos de la Función Pública, el Ejecutivo aboga por el diálogo y desea "que esta actitud no dificulte el funcionamiento de los grupos de trabajo que actualmente colaboran con lo sindicatos, que afectan a aspectos fundamentales para los empleados públicos", así como el ofrecimiento "de la apertura de otras para estudiar temas como el Estatuto de la Función Pública o la búsqueda de soluciones para luchar contra la precariedad laboral".