Los incentivos, que consistirán en bonificaciones de las cotizaciones a la Seguridad Social que pagan los empresarios por los contratos de sustitución, no sólo se limitarán a los casos en los que la trabajadora difrute de cuatro meses de baja por maternidad, sino que se extenderán a los supuestos e los que las madres pidan excedencia de hasta tres años (el máximo legal) en sus puestos de trabajo.

La intención del Gobierno es doble: por una parte, promover la contratación de los sustitutos de las madres y, por otra, facilitar la posibilidad de que éstas puedan optar por la excedencia, si así lo requieren sus circunstancias familiares.

Las mismas fuentes añadieron que en 1997 se produjeron 150.000 bajas por maternidad, que tuvieron un coste de 88.300 millones de pesetas. Por tanto, la Seguriad Social gastó una media de 588.000 pesetas por cada baja.

El mayor gasto fue ocasionado al Régimen General, con 79.150 millones de pesetas, seguido del Régimen de Autónomos (5.449 millones), Agrario (3.026 millones), de Empleados del Hogar (617 millones), del Mar (73 millones) y del Carbón (sólo 6 millones de pesetas).

En cuanto al número de varones que solicita coger el último mes de baja por maternidad, las fuentes informantes explicaron que no existen datos fidedignos. No obstante, Trabajo etima que apenas un 2% de los beneficiarios son varones.

Asimismo, pusieron de manifiesto que los 88.000 millones de gasto derivado de las maternidades no son ni una quinta parte del volumen total de desembolsos ocasionados por las bajas laborales, que asciende a medio billón de pesetas.