El decreto, que modifica otro de 1976, establece una nueva rglamentación técnico-sanitaria de los mataderos, salas de despiece, centros de contratación, almacenamiento y distribución de carnes y despojos.

Según el decreto, la inspección, que deberán realizarla los veterinarios, establece la obligatoriedad del análisis de los animales antes de su sacrificio y el de su carne una vez muertos.

Las inspecciones se centrarán especialmente en cualquier signo que indique la utilización de sustancias de efecto farmacológico o el consumo por el animal de sustanciascuyos efectos sean nocivos para el consumo humano. En estos casos, se someterán a una exploración clínica minuciosa, impidiéndose su consumo en caso de dar positiva.

Para detectar estas sustancias, las carnes se someterán a un muestreo de residuos, según establece el Plan Nacional de Investigación de Residuos de los Animales y Carnes Frescas. Los resultados de estas inspecciones se comunicarán a las autoridades veterinarias competentes y al responsable del ganado en caso de haberse diagnosticado enferedades transmisibles al hombre.

Estas normas no se aplicarán al sacrificio de los animales para ser consumidos por el criador y, algunas de ellas tampoco se exigirán en operaciones de almacenamiento y despiece de carnes en pequeñas cantidades en locales destinados a la venta.