Según este modelo, todas las comunidades recibirán la misma cantidad, que variará en función de su número de habitantes. La novedad de este sistema es que revisará anualmente la variable de población que determine la asignación de los recursos. "Será la primera vez en la historia de la democracia que se tenga en cuenta la revisión de esta variable".

Martínez Olmos defendió el modelo español de farmacia y apostó por una mejora de la calidad en la utilización de los medicamentos "como reto para dotar de mayor eficiencia al sistema". En este sentido, añadió que "el sistema tiene una gran eficiencia a un coste razonable" ya que la inversión sanitaria por habitante y año es de 1.400 euros.

En comparación con la media europea en gasto sanitario, España está dos puntos por debajo, "pero con los mismos niveles de calidad que la media europea".

El secretario general de Sanidad insistió en la importancia de la trazabilidad. "Estamos trabajando en la puesta en marcha de un sistema que permita identificar cuál es la tecnología más adecuada que asegure la distribución del medicamento y permita intervenir de inmediato en cualquier punto de la cadena".

Igualmente indicó que se está avanzando en el diseño de una receta médica para el ámbito privado que garantice la misma trazabilidad que el sistema público.