Así lo expuso en una comparecencia en el Congreso de los Diputados tras la ronda de encuentros que en los últimos días ha mantenido el Gobierno (con presencia también de las tres Vicepresidencias) con los grupos parlamentarios, a excepción de Vox, y que concluyó este mediodía con ERC, Unidas Podemos y el PSOE. A todos les agradeció el tono “cordial y constructivo”.

“Desde el Gobierno hemos explicado cuál es la situación y el contexto en el que nos estamos moviendo a nivel internacional y nacional”, aseguró Bolaños, aunque una de las críticas más extendidas entre los grupos fue la falta de concreción por parte del Ejecutivo. Además, aseguró que se estudiarán las propuestas que los partidos han puesto sobre la mesa de cara ala aprobación del decreto del próximo 29 de marzo.

Bolaños remarcó que el próximo martes será “un día muy importante” porque se aprobará el decreto ley con el plan nacional de respuesta a los efectos de la guerra en Ucrania. “Vamos a aprobar medidas que van a ser importantes, que van a ser inmediatas y que van a tener como finalidad proteger a todos”, subrayó el ministro de la Presidencia.

“Somos desde el Gobierno plenamente conscientes de la preocupación y del malestar que hay en muchos sectores y en muchos ciudadanos. Lo conocemos, sabemos lo que cuesta llenar el depósito, lo que cuesta pagar la factura de la luz, lo que cuesta calentar una casa”, reconoció Bolaños.

Por ello, el ministro de la Presidencia se remitió al día 29 para la adopción de “medidas para proteger a todas las empresas, a todos los autónomos, a todos los sectores, especialmente a los más afectados, y a todos los ciudadanos, a las clases medias y a las personas que tienen más dificultades”.

Bolaños aprovechó la ocasión para pedir “unidad” y “responsabilidad” a todos los grupos en un “momento complejo” del que el Gobierno es “consciente”. “Hacemos un gran llamamiento a un acuerdo de país a las fuerzas políticas, a los empresarios y a los agentes sociales” para seguir gobernando “con diálogo, acuerdos y no dejando a nadie atrás”, incidió.

Además, Bolaños expresó su confianza en que el decreto del 29 “tenga un respaldo muy mayoritario en la Cámara” porque será “ambicioso” y contendrá “medidas inmediatas” que se van a “consensuar” con los aliados y socios en la Unión Europea. Eso sí, “cuáles serán concretamente” esas medidas, reconoció que es algo que se está “analizando”.

“MEDIDAS RÁPIDAS”

Por su parte, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, hablando en primera persona del plural como Gobierno, prometió en los pasillos del Congreso a la salida de la última reunión, con el Grupo Socialista, que el Ejecutivo va a “trabajar todos estos días a resultas del Consejo en Europa” y también “estará absolutamente entregado todos estos días para presentar medidas que tienen que ser eficaces, tienen que ser sociales y tienen que ser rápidas”.

Preguntada por si se incluirán en el decreto del día 29 algunas de las propuestas de Unidas Podemos, la vicepresidenta segunda se limitó a constatar que como Gobierno se había reunido con los grupos parlamentarios, “y hemos recibido todas las propuestas y las vamos a estudiar”.

Desde Unidas Podemos explicaron que el grupo confederal había “trasladado la necesidad de llevar a cabo, de forma urgente, medidas eficaces que sirvan para bajar los precios tanto de la electricidad como de los carburantes”, para “paliar la situación que vive la mayoría social” del país.

En esa línea, insistieron en que “la clave fundamental del paquete de medidas para paliar las consecuencias derivadas del conflicto en Ucrania debe ser que la crisis no la paguen los de abajo sino que sea sufragada por los de arriba, que deben arrimar el hombro”; una referencia clara a su empeño en una reforma fiscal que grave a las empresas eléctricas e, incluso, a grandes rentas y fortunas.

No obstante, fuentes del espacio confederal reconocieron a Servimedia que el PSOE no está siendo receptivo a su demanda de gravar a las eléctricas. En cambio, aseguraron que ambos partidos del Gobierno están yendo de la mano en la voluntad de desacoplar el gas de la fijación de precios del resto de las energías y en la reducción de los “beneficios caídos del cielo” que les queden a las eléctricas tras ese desacople.