Estos acuerdos fueron aprobados en la reunión del Consejo de Ministros de hoy, junto a otros 10 que contribuirán con la ONU en el ámbito de la cooperación internacional.

Concretamente, España dedicará un millón a cada uno de losFondos del Convenio de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, sobre Diversidad Biológica y al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y dos millones de euros a los Fondos de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Para el Gobierno, el cambio climático, la pobreza y la crisis alimentaria van de la mano. En la actualidad, unos 850 millones de personas en el mundo sufren hambre. De ellos, 820 millones viven en países en desarrollo, los mismos países que se espera estén más afectados por los efectos del cambio climático.

Con estas contribuciones, el Ejecutivo busca apoyar los programas de Naciones Unidas para lograr una estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera; desarrollar proyectos de conservación en países como Argelia, Egipto, Mauritania, Marruecos y Túnez o contribuir a mejorar las reservas alimentarias actuales, que sólo cubrirían 53 días de una crisis aguda de alimentos, frente a los 169 días a los que se podía hacer frente el pasado año.