Fuentes del Ejecutivo reconocen que la convalidación de la reforma laboral ha supuesto una “negociación complicada” porque no había nada que ofrecer salvo aceptar “tal cual” el acuerdo cerrado con patronal y sindicatos.

Así lo trasladan después de que la convalidación del decreto quedase aprobado gracias un error de un diputado del PP que se sumó a los 176 votos a favor (PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, PDeCat, Más País, Compromís, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe) frente a los 173 negativos (PP, Vox, ERC, PNV, EH Bildu, JxCat, CUP, Navarra Suma BNG, Foro Asturias y Cambronero).

El hecho de que los partidos que apoyen no sean los socios habituales -ERC, PNV y EH Bildu– no supone para el Gobierno, según estas fuentes, grandes consecuencias para el devenir de la legislatura porque indican que “solo” ha sido un apoyo para la reforma laboral porque tenía unos “condicionantes que no tiene otra votación”.

No obstante, creen que se ha sentado un “precedente” que juega a su favor y que demuestra que había otra alternativa posible dentro de la “aritmética parlamentaria” para sacar medidas importante al margen del bloque de investidura.

Consideran en la parte socialista del Ejecutivo que “a partir de mañana habrá otras leyes” y, por tanto, nuevas negociaciones con las que podrán recuperar el apoyo de sus habituales máxime cuando todo han mostrado que volverían a sentarse a negociar.

Por eso, en el Ejecutivo no creen que esta votación “muy singular” a las habituales vaya a cambiar el sentido de la legislatura y que está siga por los cauces de la mayoría progresista, a pesar de que ha sido visibles las diferencias en el seno de la coalición.

En esta línea, varias voces en el PSOE admiten que con este debate de la reforma laboral la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se ha llevado un “golpe de realidad” porque ha visto frustrada su intención de que esta normativa laboral fuera apoyada por fuerzas de izquierdas.

Por lo que respecta a Unidas Podemos, uno de los miembros de la dirección del grupo parlamentario reconocía que el bloque de investidura queda “tocado”, en especial por el enfrentamiento con ERC, el grupo parlamentario al que más se ha recriminado su no a la convalidación, un voto al que achacan razones electoralistas y de intentar menoscabar la figura de Díaz.

No obstante, otras fuentes del mismo confían en que el desencuentro será pasajero y sucumbirá al constante mutar de la agenda mediática. En este sentido, creen que las nuevas iniciativas que lleguen al Congreso, como la Ley de Memoria Democrática o la llamada ley del “sólo sí es sí”, e incluso la proposición no de ley de reforma fiscal de Unidas Podemos, volverán a reunir a los grupos del bloque de investidura y dejar fuera a partidos como Ciudadanos, haciendo imposible el giro al centro que mucha gente en el espacio confederal estima que el PSOE ha emprendido conscientemente.

Por lo que respecta a la propia Díaz, en Unidas Podemos sostienen que, a diferencia de lo que podría interpretarse, la ministra, que se declaró “muy contenta” esta mañana a la salida del debate parlamentario, sale “reforzada” del embate, al ver refrendada su iniciativa estrella a pesar de que no saliera su intento de negociación con la mayoría de la investidura.

En el entorno de la vicepresidenta segunda sostienen, en la misma línea, que ese intento de mantener el bloque progresista se prolongó hasta anoche mismo, pero que ERC no se presentó a una reunión a la que se le convocó ayer con nuevas propuestas después de que, según fuentes de ERC, el portavoz se diera cuenta de que las iniciativas que le iba a ofrecer Díaz no tenían el respaldo de la parte socialista.