Moratinos expuso ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados los trabajos preparativos de esa cumbre, la segunda en la que España será anfitriona.

Además de subrayar "la responsabilidad y el orgullo" de España por organizar la cumbre, el ministro tuvo palabras de agradecimiento y elogio para la ciudad que será sede de la cita.

Se mostró convencido de que no será "una más" de las citas de jefes de Estado y de Gobierno, sino que esta vez cristalizarán visiblemente años de trabajo dirigidos a revitalizar de modo "firme y definitivo" este sistema de cumbres.

El objetivo, en la búsqueda del mayor multilateralismo posible, es que la comunidad iberoamericana se convierta realmente en un espacio político, económico, social, de justicia y libertad.

Un primer paso para ello ha sido la puesta en marcha de la Secretaría General Iberoamericana, para la que se propondrá su participación en la ONU con estatus de observador.

También se pretende ensayar en Salamanca un método de intercambio "ágil y espontáneo" de puntos de vista entre los mandatarios, sin predeterminar el resultado final, y un nuevo estilo formal para la declaración de conclusiones.

Se ha incentivado asimismo la participación de la sociedad para acercar las cumbres a los ciudadanos, con la puesta en marcha de tres foros paralelos, uno parlamentario, otro civil y otro empresarial.

En la propia cumbre está previsto que intervengan todos los mandatarios que lo deseen, y se trabajará sobre tres asuntos esenciales para la comunidad iberoamericana: la realidad socioeconómica, las migraciones y la proyección internacional.