Según el Gobierno, todos ellos alegaron y han demostrado como circunstancias excepcionales estar vinculados con España por su pertenencia a la comunidad de judíos sefardíes.

En el caso de los 10 con nacionalidad turca, se ha constatado que conservan las tradiciones de su procedencia española, con el consiguiente reflejo cultural en sus costumbres y el mantenimiento del idioma español.

Las otras 10 personas, de origen venezolano, mantienen además unos profundos e intensos lazos históricos y afectivos con España, ya que toda su familia procede de la zona del antiguo protectorado español en Marruecos (1913-1956).

La concesión de nacionalidad española por carta de naturaleza es una potestad discrecional del Gobierno, en base a circunstancias excepcionales. El solicitante debe jurar o prometer fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución y a las leyes, renunciando a su anterior nacionalidad (salvo los naturales de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal).