Esta situación fue denunciada por un colectivo de inmigrantes, que envió una serie de cartas de protesta al gobernador civil y denunció a los propietarios de los establecimientos.

Este grupo de marroquíes también ha enviado una carta al Defensor del Pueblo de Cataluña, Anton Cañellas, en la que explican que disponen e permisos de trabajo y de residencia, y que desde hace dos años no les permiten la entrada y no les sirven bebidas en los bares del pueblo.

Por su parte, el gobernador civil de Gerona, Pere Navarro, afirmó hoy en Catalunya Radio que "se intentará solucionar el problema por la vía del diálogo, y en caso contrario, se sancionará a los establecimientos, para garantizar los derechos de los emigrantes".

Según Navarro, la negativa de los propietarios a la entrada de emigrantes pude ser una infracción e la normativa que regula el derecho de admisión en los establecimientos públicos, que especifica que no se puede amparar en temas de raza o religión.

No obstante, fuentes del Gobierno Civil de Gerona señalaron que debe hacerse un estudio a fondo de la situación porque algunos de los marroquíes que han protestado por sentirse marginados habían protagonizado peleas y alborotos en alguno de los bares de la población.

Por su parte, el alcalde de L'Armentera, Narcís Roquera, ha pedido a los propietaros de los bares de la localidad que cambien de actitud porque los marroquíes conviven con la gente del pueblo desde hace tiempo.