López Carrasco señaló que el plan tendrá un coste aproximado de 500.000 millones de pesetas y que servirá para recuperar y reorganizar unas superficies agrícolas que hasta ahora estaban semidesérticas.

Los agricultores que se acojan al plan recibirán una primera compensación en torno a las 150.000 pesetas por hectárea, que llegarán hasta las 175.000en caso de las plantas sean de las denominadas frondosas (encina, quejigo o madroño).

También percibirán una ayuda todavía sin fijar durante los primeros cinco años de repoblación y el agricultor que se acoja al plan percibirá durante veinte años en concepto de compensación de rentas 25.000 pesetas por hectárea y año.

Fernando López Carrasco señaló también la "enorme ilusión e importancia de este plan, que va a doblar la superficie arbolada de nuestra región".