Según informó hoy el gobierno canario, esta experiencia, que se trasladará posteriormente a las cárceles de Tenerife II y Tahiche en Lanzarote, es un programa personalizado que excluirá a los jóvenes presos "que estén incluídos en módulos de inserción".

El programa analizará las necesidades sociales para que estos jóvenes reclusos puedan llevar una mejor calidad d vida. En ese sentido se dará formación, habilidades sociales y atención a toxicomanía "siempre desde un punto de vista personal e individualizado".

Esta iniciativa contará con la colaboración del Instituto Nacional de la Juventud (INJUVE), que aportará 5 millones de pesetas para este programa.