Chillida había anunciado su intención de convertir la montaña de Tindaya en un homenaje a la tolerancia de los pueblos, pero debido a lapolémica que surgió entre los diferentes frentes, políticos y ecologistas, éste decidió paralizar su proyecto.

Varios grupos ecologistas canarios dirigieron cartas al escultor para intentar convencerle de que abandonase el proyecto porque se trata de excavar en una montaña que era mágica para los pobladores pre-hispánicos y por tanto, según los ecologistas, había que respetarla.

Desde el frente político la polémica se desató cuando desde las filas socialistas acusaron al Gobierno canario de comprr la concesión de la explotación de la montaña a una empresa cuya propiedad pertenece a un militante de Coalición Canaria por un valor de 900 millones de pesetas, un precio superior al real, según el PSOE.

El problema llegó incluso al Parlamento canario y fue utilizada, según Chillida, como "arma arrojadiza entre partidos políticos". Además, el escultor vasco aseguró que no se quiere ver envuelto en ninguna polémica.

Tanto desde el Gobienro canario como desde el PSOE se han puesto en contacto conel escultor vasco para que reconsidere su postura. Carmelo Padrón, diputado regional del PSOE canario ha aclarado que el solo ha criticado el modo de apelar del Gobierno canario pero no el proyecto de Chillida.