Según informó el ministro de Sanidad británico, John Reid, los colegios dispondrán de asesores personales que ayudarán a los niños y a sus padres a elaborar proyectos para incluir en su vida diaria más ejercicio y llevar una alimentación más saludable.

Los colegios, por su parte, incrementarán las actividades deportivas, instalarán máquinas con alimentos sanos, rediseñarán sus menús para que sean más saludables y dispondrán de una enfermera para supervisar la salud de los alumnos.

Estas medidas tendrán un énfasis especial en los colegios de las zonas más desfavorecidas del país y pretenden poner en práctica las recomendaciones del "Libro Blanco de Salud Pública" recientemente publicado en Gran Bretaña, según recoge "The Guardian".

El "Libro Blanco" también incluye medidas con respecto a la publicidad de la denominada comida basura, aunque por el momento no existe una prohibición al respecto. Sin embargo, advierte de que, si la industria alimentaria no sigue la normativa, se empezarán a imponer restricciones a las campañas publicitarias a partir de 2007. Tampoco se han prohibido, de momento, los anuncios de tabaco.

Un organismo independiente, el Consejo Nacional del Consumo, tendrá un papel central en el desarrollo de estrategias de marketing para la promoción de la salud. Esta institución realizará investigaciones sociológicas para diseñar herramientas que permitan influir mejor sobre el público para que modifique sus hábitos de vida.

Las distintas organizaciones para la promoción de hábitos saludables han expresado su satisfacción ante este paquete de medidas diseñado por el Gobierno británico.