El Ejecutivo británico animó ayer a las empresas a despedir a los hooligans. Cuando el lunes Inglaterra juegue contra Rumanía, ls fans tendrán que ir con cuidado. Los que trabajen para el Estado, y especialmente para el Ejército, ya estÁn casi seguros de perder su puesto, según anunció ayer el ministro de Defensa George Robertson.

"Los empresarios tendrán que analizar a las circunstancias específicas, pero también considerar el impacto que puede tener el comportamiento de estos individuos en la imagen y reputación de sus compañías", declaró ayer el ministro del Interior.

Una gran mayoría de empresarios cree que el hooligaismo probado puede perjudicar a su empresa, según un estudio realizado en Gran Bretaña . "Lo que tenemos que hacer es nombrar públicamente a estas personas y hacer que se avergüencen, demostrándoles que no pueden comportarse así sin sufrir consecuencias", declararon fuentes ministeriales.